Los monstruosos discos duros del pasado nos hacen poner en perspectiva el milagro de la miniaturización
La tecnología de almacenamiento ha avanzado de forma increíble en todos estos años, y para valorar esa evolución no es mala idea hacer un pequeño viaje al pasado y ver cómo hace décadas los discos duros eran engendros pesados y engorrosos que además tenían una capacidad y unas prestaciones muy limitadas.
Hoy en día lo normal es contar con 32 o 64 GB de capacidad en nuestros dispositivos móviles, y esa capacidad se suele multiplicar en varias órdenes de magnitud en nuestros PCs y portátiles, pero no siempre fue así. Hoy vamos a intentar ver la evolución que han tenido los discos duros durante estas últimas décadas.
Aquellos maravillosos monstruos del almacenamiento
El primer ejemplo de esa evolución lo tenemos en el IBM RAMAC 305, un monstruo que apareció en 1956 y que era capaz de almacenar 5 MB gracias a un sistema con 50 “platos” de 24 pulgadas. Aquel dispositivo giraba a una velocidad de 600 revoluciones por minuto y generaba tal cantidad de calor que era necesario encerrarlo en una gran “nevera” con dos sistemas de refrigeración.